Por Víctor Duarte
Julio 2013
Viajo por toda mi
querida Noruega, donde no encuentro algo más que frialdad, tal como suelo ser
externamente. Cross es mi nombre, soy un Elfo de doscientos siete años, un poco
mayor para la raza humana, pero para mí especie soy sólo un joven
inmaduro.
He recorrido todas las
tierras de mis ancestros en busca de esa calidez que pueda asentar en mi
interior, eso que me dé una dosis de calma y paz en mi interior. No sé si lo
que busco es un amor, dinero, un hogar o algo que simplemente me haga feliz.
He recorrido desde el
Mar de Barents hasta Austria recorriendo completamente cada uno de mis países
ancestrales; he vivido un siglo y algo más, sin más respuestas que preguntas
dejando a un lado todo eso que no me pertenece, es decir al universo completo.
Soy sólo un elfo
elaborando su monólogo con desahogos y pensamientos vagos, dónde lo único que
escribo no es para nadie más que para mí llenando así mi vida de absoluta
libertad, por lo que quiero decir que soy un llamado "elfo ascético",
algo no tan común en el valle donde he sido criado, donde no hay más que risas
y gente con esa felicidad que mi frialdad no me deja tener, por eso he
emprendido este viaje, una travesía en busca de locura buscando vivir.
Comencé desde la costa,
cuando vi que el mar no es infinito tal como lo parece al horizonte. Vi que la
tierra que uno pisa ya ha sido explorada y que uno no puede ser dependiente de
otro ser vivo, por eso he decidido ser alguien ascético, tener tiempo sólo para
mí, para todo eso que siempre he querido hacer, lo que se resume a mis
travesías en busca de mi bienestar espiritual, ya que también he entendido que
teniéndolo todo no me da nada en lo absoluto.
Vivo en un mundo donde a
todos nos tocan desgracias, unas peores que otras, donde me resumen que ese tal
Dios el cual todos alaban debe ser algo que no existe o poseerá algún tipo de
trastorno bipolar.
En resumen,
al final de todo llegué hasta Austria donde conocí a alguien muy sabio que me
abrió la mente, donde he llegado a entender que lo único que necesito para ser
feliz es quererme a mí mismo, a dejar que todo fluya y no presionar el destino,
detenerme a pensar y no preocuparme por lo material cuando mi tiempo conmigo
mismo vale más que todo eso que pueda comprar por esas monedas de oro.
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